La situación de confinamiento afecta de manera especial a las comunidades de personas inmigrantes en Tenerife

Press release April 29, 2020

Dos representantes de asociaciones de personas inmigrantes señalan que este colectivo se está viendo especialmente afectado ante la situación actual por la precaria situación económica en la que se encuentra en muchos casos, la falta de una red familiar de apoyo y la pérdida de sus empleos

La situación de confinamiento en la que se encuentra la sociedad española a causa de la pandemia del coronavirus está afectando notablemente a las personas inmigrantes que residen en la isla de Tenerife y a las que siguen tratando de llegar al territorio canario a pesar de la situación actual.

La crisis provocada por el coronavirus y el confinamiento en los hogares decretado por el Gobierno de España está afectando de manera desigual a las personas inmigrantes en función de su situación administrativa en la Isla y de su situación económica y laboral, pero de forma generalizada se puede decir que están sufriendo la situación actual de maneta más acusada que la población local.

Así lo reconoce, por ejemplo, Sukeina Ndiaye, presidenta de la Asociación por la Libertad del Pueblo Saharaui, quien asegura que “la comunidad migrante está muy afectada. A los inmigrantes esta situación les afecta más porque no están en su tierra. La vulnerabilidad de un inmigrante no es la misma que la de una persona local que siempre tiene a algún familiar o alguien cercano que le puede ayudar. Cuando estás integrado o tienes un trabajo, te sientes más protegido y no te sientes tan vulnerable”.

Sobre la situación de las personas que conoce o con las que tiene contacto actualmente, afirma que “hay situaciones muy alarmantes. Hay personas sin documentación y personas con trabajos mínimos, especialmente trabajadores del hogar, cuidadores de mayores, trabajadores sin contrato, etc. Muchas personas migrantes no tienen acceso a ayudas. Hay mujeres con niños en situación muy crítica. Estamos intentando que se regularice la situación a las personas inmigrantes que llevan años en Canarias y cuya regularización está paralizada”.

Un punto de vista similar expresa Rossel Deramas, presidenta de la Asociación Filipina iGetLuzVim Tenerife, que explica que “económicamente a mí la situación me está afectando porque no puedo trabajar y si no puedo trabajar, pues no tengo para comer. Hay muchas personas en la misma situación, pasando problemas. Mi comunidad nunca pidió ayuda alimentaria pero ahora sí la necesitamos. Hay muchas personas de mi comunidad trabajando en restaurantes y ahora no pueden trabajar”.

Rossel muestra su preocupación no solo por la situación actual, sino por el futuro: “La situación es difícil, estamos preocupados por los próximos meses. Estamos en situación de buscar la supervivencia y no sé qué haremos. Hay muchas personas que están trabajando en hogares y las que están internas sí siguen trabajando, pero las que están por horas, como yo, nos hemos quedado sin trabajo en muchos casos y tampoco tenemos ayudas”.

Por su parte, Paula Pimentel, fundadora y portavoz de Casa Dominicana en Canarias, transmite una opinión similar ya que, según dice, “nos está afectando la pandemia porque es una enemiga criminal que se lleva a la gente y que afecta terriblemente a los países dependientes o empobrecidos”. Con respecto a las personas inmigrantes de su entorno, Pimentel señala que “a la gente inmigrante que conozco, especialmente a las mujeres, las afecta tanto en lo social, como en lo económico y familiar. No pueden salir a trabajar teniendo doble carga familiar, aquí y allá. También les perjudica no poder acceder a las ayudas gubernamentales por no tener contrato como empleadas del hogar. De cada cinco mujeres que yo conozco, tres tienen contrato verbal con la empleadora”.

Sukeina Ndiaye pone un punto de esperanza gracias a la solidaridad y el apoyo comunitario que está surgiendo en muchos puntos de la Isla durante esta situación. “Hay grupos de gente repartidos por toda la Isla -comenta- que se han organizado de forma voluntaria y a través de grupos de WhatsApp para ayudar. Recaudan dinero por su cuenta para ayudar a personas que lo necesitan, llevan a personas a albergues, contactan con los servicios sociales de los ayuntamientos, ayudan a personas mayores que no tienen acceso a internet, les llevan la compra, etc. Mucha gente se está sintiendo arropada gracias a esa gente que ayuda. Se están viendo las dos caras del ser humano, la que es muy humana y la que es egoísta, como por ejemplo personas que tienen un bebé y han dejado a otras en la calle porque tienen miedo de tenerlas en casa”.

Con respecto a la llegada de personas inmigrantes en patera a las costas canarias, el flujo no se ha detenido y en estas semanas han seguido llegando algunas pateras, mientras que otras han naufragado en el mar o se ha perdido su pista. Sukeina Ndiaye, que hace de traductora para las personas inmigrantes que llegan a la Isla de forma irregular, también explica que los protocolos de actuación ante la llegada de personas inmigrantes “han cambiado en la situación actual. Hay algunas casas o centros de acogida, pero están desbordados y no hay dónde acogerles, no hay albergues…”.

La presidenta de la Asociación por la Libertad del Pueblo Saharaui también comenta que las personas que estaban en Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) han tenido que ser desalojadas. Esas personas han sido trasladadas a lugares de acogida o a recintos hoteleros ya que tanto el centro de internamiento de Tenerife como el de Gran Canaria han sido cerrados ante el riesgo de contagio por coronavirus.

Sobre estas cuestiones, el portavoz de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado en Canarias, Txema Santana, advertía recientemente en el periódico El Día de que “con el actual nivel de llegada de migrantes, el sistema de acogida se puede quedar desbordado en las próximas semanas”. Santana explicaba que al no ser posible la repatriación de personas inmigrantes en situación irregular a sus países de origen, el Gobierno de España ha optado por no trasladar a estas personas a los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y derivarlos a centros de acogida. “Los CIE no reunían las condiciones de seguridad mínimas ni para los funcionarios ni para los migrantes”, explicaba Santana recordando que hasta que se declaró el estado de alarma en el CIE de Gran Canaria, por ejemplo, dormían hasta seis migrantes en una celda y que un policía nacional destinado en el centro de Hoya Fría (Santa Cruz de Tenerife) dio positivo por Covid-19 y en el de Barranco Seco (Las Palmas de Gran Canaria) hubo cuatro personas subsaharianas contagiadas.

En ese mismo reportaje del periódico El Día, Joan Blasco, representante de la plataforma Canarias Libre de CIE, comentaba que, en su opinión, “el actual cierre de estos centros del Ministerio del Interior no va a influir en una mayor llegada de migrantes” y asegura que “esta decisión del Gobierno del Estado demuestra que estos centros no son necesarios y las personas que llegan se pueden derivar a los centros de acogida, ya que no suponen un riesgo para la seguridad pública”.