Press release April, 2020
Juntos En la misma dirección, la estrategia en materia de diversidad cultural e interculturalidad del Cabildo de Tenerife, continúa su actividad de forma telemática y fomenta la participación ciudadana en sus grupos y actividades a través de encuentros virtuales o telefónicos que permiten a más personas sumarse y aportar
La crisis provocada por el coronavirus no ha detenido la labor de gestión de la diversidad cultural y la interculturalidad que lleva a cabo el Cabildo de Tenerife, junto a la Universidad de La Laguna, a través de la estrategia Juntos En la misma dirección, una iniciativa que ha adaptado sus metodologías de trabajo a la situación de confinamiento decretada por el Gobierno de España empleando la tecnología para continuar su actividad y promover la participación ciudadana en sus encuentros y acciones.
Desde el momento en que fue decretado el estado de alarma en España, el equipo técnico de Juntos En la misma dirección comenzó a realizar su labor desde casa de forma virtual tanto desde el punto de vista del trabajo interno y la coordinación de la estrategia como en lo referente a la actividad con los grupos de trabajo participativo que funcionan en el marco de esta iniciativa y que se orientan, siempre desde el enfoque de la interculturalidad, a temáticas como la Educación para el Desarrollo, el diálogo interreligioso, la violencia de género, la lucha contra rumores y estereotipos, la participación ciudadana, la participación infantil y juvenil y la participación comunitaria en dos territorios de la Isla con elevada diversidad cultural: El Fraile y Taco.
La responsable de comunicación de Juntos En la misma dirección, Ruth Fernández, comenta que “a través de llamadas telefónicas, videoconferencia, correo electrónico y Whatsapp seguimos realizando nuestra labor, llevando a cabo encuentros virtuales de los grupos de trabajo y manteniendo el contacto a través de la tecnología adaptándonos a cada persona participante”.
De este modo, Juntos En la misma dirección ha logrado que la labor de gestión de la interculturalidad en la Isla continúe activa e incluso llegue a nuevas personas que comienzan a participar y colaborar en esta estrategia. Semanalmente se realizan una media de tres encuentros grupales de forma virtual empleando medios y tecnologías adaptados a cada persona participante.
Ruth Fernández explica que, en los primeros días, esta nueva situación “supuso un esfuerzo extra para adaptar las acciones a la situación, pero lo hemos conseguido y seguimos trabajando con las mismas ganas e ilusión”. Además de servir para continuar la actividad y que las personas participantes no se desenganchen de esta importante labor enfocada a mejorar la convivencia, la responsable de comunicación de esta iniciativa señala que “ha sido una oportunidad para sorprendernos con nuestra capacidad de ser creativos en nuestra manera de trabajar. Y a nivel externo también. A través de nuestros perfiles en redes sociales estamos dando a conocer otras culturas y procedencias y fomentando la inclusión. También estamos difundiendo recomendaciones interculturales mediante nuestro boletín semanal, ahora que hay mucha gente deseando que los días sean más amenos”.
Precisamente las redes sociales también están sirviendo para promover la participación de la ciudadanía en esa gestión de la diversidad cultural: “el Grupo Codesarrollarte, por ejemplo, promueve semanalmente retos para conocer y poner en práctica los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde casa. Y el Grupo Contra la violencia de género ha lanzado la campaña #JuntasEnCuarentena para difundir diariamente mensajes de apoyo a aquellas mujeres que sufren cualquier tipo de violencia y no pueden salir de casa”, explica la responsable de comunicación.
Otro de los componentes del equipo técnico de Juntos En la misma dirección, Abián Afonso, facilitador del Grupo Codesarrollarte, que trabaja en el ámbito de la educación para el desarrollo, cuenta que “seguimos muy pendientes de cuidar los vínculos con las personas participantes de manera virtual y estamos haciendo un esfuerzo para visibilizar a través de las redes sociales que seguimos adelante y avanzando”. A pesar de las dificultades, Afonso asegura que su percepción es que “la participación ha aumentado en estas semanas. Puede que influya el hecho de que muchas personas no pueden trabajar en estos momentos, tienen más tiempo libre y pueden dedicarlo a cosas que siempre consideran importantes pero para las que no siempre disponen de tiempo”.
Igualmente, este facilitador destaca “la solidez de las relaciones que se mantienen en el seno de los grupos. Las personas están más pendientes las unas de las otras, interesándose por su estado, ofreciendo ayuda”. También afirma que muchos de estos métodos de encuentro virtual con las personas participantes pueden mantenerse una vez termine esta situación: “Algunos nos hemos puesto al día con el uso de las nuevas tecnologías como herramienta para el trabajo grupal. No me parecen el sustituto definitivo pero si un instrumento complementario que puede favorecer, por ejemplo, la inclusión de personas que no se puedan desplazar hasta el lugar del encuentro o de la actividad. Pero más importante me parece comprobar cómo todos y todas seguimos buscando la relación con el otro para seguir aportando y los grupos de trabajo son un espacio perfecto para aportar aquello que tenemos, para descubrir nuevas oportunidades, y todo en compañía de otras personas con las que se coincide en torno a objetivos comunes. Cuando esto pase habremos descubierto que éramos capaces de hacer cosas que no imaginábamos. Ese será un aprendizaje fundamental”.
De la misma opinión es Paula Rizzo, facilitadora de la Estrategia Antirrumores de Tenerife, que asegura que “estas nuevas fórmulas de trabajo nos permiten abrirnos a la participación de personas que tienen ganas de participar y sumar a la gestión de la diversidad cultural, pero no pueden hacerlo por sus responsabilidades personales y profesionales. Estas herramientas y la experiencia que estamos adquiriendo de trabajar en entornos virtuales nos permitirán trascender esa barrera y ser aún más inclusivos”.
Paula Rizzo destaca que “hemos potenciado nuestra faceta más innovadora y creativa como facilitadoras para mantener el contacto y el trabajo además de despertar el interés de otras personas y sumar participantes”. Esta facilitadora afirma que todo esto “está aportando valor a los grupos, porque aprendemos a trabajar adaptándonos a un entorno en permanente cambio. Estamos logrando trabajar de una manera cercana pese a las distancias. Las personas participantes comentan que cuando acabe el confinamiento, será muy positivo combinar las fórmulas tradicionales de trabajo con las nuevas prácticas que vamos descubriendo”.
La opinión de las personas participantes en los grupos de trabajo de esta iniciativa es similar. Por ejemplo, Beatriz de la Fuente, componente del Grupo contra la Violencia de Género destaca que el trabajo virtual “es una manera de seguir reuniéndonos y no perder el ritmo de trabajo, a la vez que profundizamos en los objetivos que nos hemos fijado” y añade que esta metodología de acción genera “muchas ganas de trabajar y de aportar ideas que ayuden de alguna manera a sobrellevar esta situación que estamos viviendo, compartiendo información de utilidad para la labor que realizamos”.
Por su parte, Daura Vera, participante del Grupo Jóvenes por la Diversidad reconoce que este nueva forma de trabajar en grupo “tiene algunos inconvenientes, porque los problemas técnicos o la mala conexión pueden hacer que la comunicación no fluya igual y se relantice un poco el trabajo, pero da la posibilidad de participar a personas que no pueden salir de casa”. Además, señala que este proceso “está sirviendo para reflexionar sobre cómo favorecer que haya mayor participación y mejorar la comunicación interna. Creo que esa reflexión era muy necesaria. A veces necesitamos parar y ver dónde estamos en el camino para que podamos seguir construyendo”.