Press release June 5, 2020
Una escultura en homenaje al emigrante erigida en el centro de El Fraile recuerda que el corazón de esta localidad del sur de Tenerife es diverso e intercultural. Personas de alrededor de ochenta nacionalidades y más de una decena de creencias religiosas diferentes conviven en un barrio que durante algún tiempo tuvo mala fama en el resto de la Isla pero que poco a poco va apreciando la riqueza cultural y humana que atesora
“El Fraile es el pueblo más africano de España”. Así define Obama Elhadji, un vecino de El Fraile procedente de Senegal, esta localidad ubicada en el sur de la isla de Tenerife que destaca por su carácter multicultural. Este núcleo de alrededor de diez mil habitantes se ubica en el municipio con mayor diversidad cultural y humana de Canarias: Arona. Fue fundado por inmigrantes procedentes de la isla de La Gomera y, a lo largo del tiempo, ha sido el lugar de destino de miles de personas que han llegado a este barrio procedentes de otras islas del Archipiélago canario, de otras regiones de España y, en las últimas décadas, de numerosos países del mundo.
En una de las dos plazas centrales de El Fraile se levanta desde hace varios años una escultura erigida como homenaje al emigrante, como recuerdo y reconocimiento a todas esas personas que han llevado hasta esta localidad sus idiomas, acentos, formas de vestir, costumbres, gastronomía, cultura y religiones hasta convertir este lugar en uno de los puntos de referencia de la multiculturalidad y la interculturalidad no solo de Tenerife, sino de todas las islas canarias.
Personas de alrededor de ochenta nacionalidades diferentes y con más de una decena de confesiones religiones distintas conviven a diario en este núcleo en el que cuatro de cada diez habitantes han nacido fuera de España. Prácticamente todas las regiones y continentes del Planeta están representados en esta localidad, aunque principalmente encontramos personas que han llegado desde África, Sudamérica y Europa. Según los datos del padrón de habitantes del municipio de Arona en el año 2019, las principales comunidades de inmigrantes que residen en El Fraile son, por este orden, las procedentes de Senegal (696 personas), Cuba (634), Marruecos (623) e Italia (523), sin olvidar a otras comunidades con una presencia importante como, por ejemplo, Colombia (250), Rumanía (206), Venezuela (202), Nigeria (167), Uruguay (107), Argentina (80) o Polonia (79).
Esta diversidad humana, cultural y religiosa, que poco a poco empieza a valorarse como una riqueza y una fuente de aprendizaje, ha provocado que, en muchos momentos, se formase en el resto de la isla de Tenerife una imagen distorsionada sobre la realidad y la convivencia en este barrio, ya que esa diversidad era sinónimo de problemas y conflictos. María Nayibe Chica, una colombiana que vive en El Fraile desde hace 18 años, asegura que “antes de conocer El Fraile me decían cosas negativas de este lugar pero la experiencia no es como la cuentan. Cuando entré aquí por primera vez tuve una sensación muy positiva. Dicen que aquí pasan cosas, pero no hay que dejarse influir por lo que digan. A mí no me ha pasado nunca nada negativo. Es un lugar muy acogedor”. De la misma opinión es Obama, un senegalés que descrubrió la mala fama de El Fraile “hablando con otra gente que no vive aquí. Es la gente de fuera la que tiene una mala imagen de este lugar. Yo camino por El Fraile a cualquier hora y por donde paso tengo amigos y gente que me saluda. Si aquí hay gente que hace cosas malas, yo no la conozco”.
Esta imagen negativa y muchas veces errónea que proyectaban los medios de comunicación o los rumores sobre El Fraile fue uno de los aspectos que motivó que desde el año 2013 esté activo en esta localidad un grupo de trabajo abierto a la participación de la ciudadanía denominado Participación Ciudadana El Fraile. Este grupo fue impulsado desde el Observatorio de la Inmigración de Tenerife OBITen a través de la estrategia Juntos En la misma dirección con el respaldo del Cabildo de Tenerife y la Universidad de La Laguna. Surgió a raíz de la iniciativa de otro grupo de trabajo participativo, el grupo Participación Social, y del proyecto europeo Puzzled by Policy, con la colaboración de la Concejalía de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Arona y la participación activa de los actores locales, comunidades, entidades sociales y vecindad de El Fraile.
Con el objetivo de favorecer la gestión de la diversidad mediante la participación social en este barrio, implicando a los agentes locales en el diseño de estrategias que favorezcan e impulsen los procesos de integración y convivencia social, el grupo Participación Ciudadana El Fraile ha logrado implicar en esta labor a numerosas personas, entidades y comunidades de la localidad, realizando numerosas actividades interculturales y participativas en el barrio entre las que destaca el Rezo interreligioso por la paz, el respeto y la convivencia, una actividad de la que se han realizado ya siete ediciones y que ha reunido a representantes y seguidores de más de diez confesiones religiosas y creencias diferentes, siendo reconocida por entidades como el Consejo de Europa o la Comunidad Islámica de España como una actividad simbólica de respeto entre comunidades, intercambio entre culturas y convivencia en una sociedad diversa. Esta actividad, además, fue el germen de un nuevo grupo de trabajo participativo, el grupo Diálogo Interreligioso, en el que representantes de la comunidad cristiana, musulmana, hindú, baha’í, hare krishna o budista, entre otras, se reunen y trabajan para desarrollar actividades que sirvan para difundir y promover el respeto y acercamiento entre personas y entre creencias religiosas.
“Yo en El Fraile me siento bien”, comenta Yesid Osma, un colombiano que lleva año y medio viviendo en El Fraile. “Veo que es un territorio en el que la diversidad cultural es un aspecto positivo”, destaca, y afirma que no le costó mucho adaptarse a este lugar y a su gente: “Esa variedad cultural me parece algo muy rico. En mi país no tenía la oportunidad de ver a diario gente con idiomas diferentes, con formas de vestir diferentes, etc”.
Frank Fiebig, un músico alemán de nacimiento pero irlandés de corazón que responde al nombre artístico de Élvyn Dale, explica que nunca ha tenido ningún problema en los cerca de veinte años que lleva viviendo en El Fraile. “A mi me encanta que El Fraile sea un lugar multicultural. Creo que la gente no reconoce la potencia y las posibilidades que tiene este lugar”, asegura. Opiniones similares encontramos en personas que llevan menos tiempo en esta localidad, como es el caso de María Herminia Pérez, venezolana que llegó hace alrededor de un año a este barrio y que afirma que “es un pueblo que acoge a la persona, un lugar en el que hay armonía y tranquilidad. Es un sitio agradable para vivir y encuentras personas que te hacen sentir ese calor de hogar”. Es el caso también de Obama, que en un vídeo sobre el barrio realizado por el grupo Participación Ciudadana El Fraile asegura que se siente un poco más cerca de África viviendo en El Fraile, y que opina que “la convivencia aquí es buena, no tenemos problemas. Estamos en paz con los vecinos, te ayudan, les ayudas, estamos bien. Hay un buen ambiente y es un pueblo muy divertido”, comenta.